Un hombre rico le entregó una canasta de basura a un hombre pobre…
El hombre pobre sonrió y corrió con la canasta, la vació y,
tras llenarla de flores, se la dio de nuevo al hombre rico.
El hombre rico se asombró y le preguntó: ¿por qué me has dado flores si yo te he dado basura?
El hombre pobre respondió: porque cada uno da lo que tiene en el corazón.